En un contexto en el que México necesitaba la máxima colaboración debido a los terremotos sufridos, propusimos un pabellón de gran transparencia que se abriera a la ciudad de día y se transformara en lámpara de noche. Estando abierta, funciona como contenedor de actividades, facilitador de donaciones, atención a ciudadanos y hogar temporal. Estando cerrada, ilumina su entorno y, a su vez, protege las donaciones o aquellos que estén usando el pabellón como su propia casa.